Notas sobre True Grit (Henry Hathaway, 1969)
por Gonzalez De Leon

- Siempre sospeché que los héroes de la épica eran, básicamente, idiotas. De Aquiles a Roland, estos tipos irascibles, que no tienen miedo a nada, no tanto por valentía sino por la inconciencia del verdadero peligro y el hecho de que sienten, en cada una de sus acciones, que no tienen nada que perder. Jactanciosos, son muy fáciles de dominar: una simple provocación, un a que no te animás los despierta. "-¿A que no te le animás, Matasiete? -¿A que no?".
- En las sociedades contemporáneas, estos personajes son necesariamente marginales, satisfacen nuestra fantasía de trangredir las normas. John Wayne, Toshiro Mifune y Julio Chávez, ya son criminales y por eso pueden matar y robar para nosotros. Pero esto no tiene nada de ficticio: si en el cine la transgresión es presentada como excepcional, en la vida cotidiana es regla. El sistema necesita del crimen, del contrabando, etc. "De no haber existido la piratería marítima, el comercio no habría podido funcionar y las personas no habrían podido vivir (...) La ilegalidad era una de las condiciones de vida, pero al mismo tiempo significaba que había cosas que escapaban al poder y sobre las cuales no tenía control." (Foucault)
- Algo de arcaico tiene el cine de John Wayne*. 'Rooster' Cogburn mata seis personas al año, tortura a sus prisioneros para obtener información y disfruta de todo eso. Hoy vemos esos rasgos en personajes como Aldo Raine. Estúpidos y sádicos, no los mueve el heroísmo, sino su propia perversión que -curiosamente- es afín a los intereses del estado, que lo coloca del lado de los buenos.
- 'Rooster' vive en el fondo de una despensa, con un chino llamado Chen Lee y un gato, llamado General Sterling Price. En la última escena, Mattie (Kim Darby) le dice: "No tenés familia. Chen Lee y el gato no cuentan".
- Las víctimas de John Wayne son hombres que ya han sido juzgados por los hechos. No existe niguna duda sobre su culpablidad. Cometen un crimen y dejan de ser humanos, si es que alguna vez lo fueron. Wayne expresa esa deshumanización del otro y su rol de ejecutor. En una de las mejores escenas, descubre una rata en la despensa de su amigo chino. "Señora rata... Tengo una orden para que deje de comer maíz. ¿Ves? No hace caso (Dispara) No podés dictarle órdenenes a una rata, nena. Tenés que matarla o dejarla ir."