"Un hecho pudo no haber ocurrido, contrariamente a lo que afirma un cronista determinado. Pero el que este haya podido afirmarlo, que haya podido contar con que sería aceptado por el público contemporáneo, es algo por lo menos tan revelador como la simple ocurrencia de un acontecimiento (...) Cuando un autor se equivoca o miente, su texto no es menos significativo que cuando dice la verdad"
Todorov, T. (2009) [1982] La conquista de América. Buenos Aires: Siglo XXI, p. 66.
"La historia llamada "cultural" transforma al discurso de una época en objeto legítimo de investigación [...] Al proponerse determinar las representaciones de un período dado, los historiadores ya no plantean como prioritaria la cuestión de la exactitud. La imagen del niño-héroe en la cultura de guerra de 1914-18, por ejemplo, es de una autenticidad más que dudosa. No obstante constituyó un punto focal de la propaganda destinada a los jóvenes, y es "lo que la propaganda presentó como verdadero -y no el simple referente de los hechos- lo que constituye de ahí en más el objeto de estudio"
Amossy y Herschberg (2010) [1997] Estereotipos y clichés. Buenos Aires: Eudeba, p. 116.