"Toda sociedad es un sistema de interpretación del mundo (...) Su propia identidad no es otra cosa que ese "sistema de interpretación", ese mundo que ella crea. Y esa es la razón por la cual la sociedad percibe como un peligro mortal todo ataque contra ese sistema de interpretación; lo persigue como un ataque contra su identidad, contra sí misma"

Cornelius Castoriadis (1988) Los dominios del hombre. Barcelona: Gedisa.


sábado, 19 de julio de 2008

Higiene del matrimonio

por Leandro Gonzalez de Leon

En la biblioteca de mi tía abuela encontré este libro, un instructivo de conductas sexuales del matrimonio cristiano, Higiene del Matrimonio (1865), del Dr. Pedro Felipe Monlau. Muchas de las biografías del académico español que circulan por la web han sido redactadas hace muchos años. Hago esta deducción sin más prueba que los textos mismos. Dice la Wikipedia que Monlau, "considerado como un auténtico humanista, fue una persona polifacética con formación científica". Después de leer el siguiente texto estuve de acuerdo con la primera afirmación y en desacuerdo con la segunda.



"...siendo innegable, siendo tan importante el papel que en la economía representa el humor espermático, la consecuencia higiénica rigurosa es que se debe escasear mucho su emisión, porque cada emisión es una gran pérdida de fuerza nerviosa. El acto copulador es el acto de los robustos: ¡y malaventurado el que desconozca esta verdad! Lástima da en ver como algunos hombres se empeñan en exagerar la necesidad de la función genésica, y como, arrastrados por la pasión, dominados por la lujuria, por una imaginación pervertida ó por hábitos fatales toman á menudo por necesidad irresistible lo que no es mas que un efecto de excitaciones pasajeras ó artificiales y muy poco en armonía con su constitución. ¿No es una locura pedir al deseo, por vivo y caprichoso que sea, lo que las condiciones orgánicas y fisiológicas del hombre no pueden otorgarle? Ello no obstante, lo tristemente cierto es que muchos imprudentes persisten en sus excesos, y solo piensan en economizar cuando ya están arruinados!
No es extraño, por lo tanto, que el abuso de la copulación dé por resultados, en el hombre, la debilidad de los genitales, la emisión involuntaria dél sémen, la atrófia de los testículos, la parálisis de la vejiga urinaria, las almoranas, etc. Agrégense á estos desórdenes locales los que experimenta la economía en general, como son: la pérdida del apetito, digestiones laboriosas, palpitaciones, aneurismas, rupturas de vasos sanguíneos, demacración, impotencia, esterilidad, palidez del rostro, debilitación de la vista, obtusión del oído, perversión en los demás sentidos externos, tísis pulmonar, pérdida de la memoria, oscurecimiento del juicio, idiotismo adquirido, manía, espasmos, convulsiones, catalepsia, epilepsía, enfermedad de Pott: tales son los amargos frutos del exceso en la copulación"

MONLAU, Pedro Felipe, Higiene del Matrimonio ó El libro de los casados, París, Garnier, décimotercia edición, pp. 168-169.
Nota: la ortografía fue reproducida de acuerdo al texto original.